Una visita al Mercadona, La Sirena, Spar,… por ejemplo, sirve para darnos cuenta que, aunque aparentemente, la diversidad que existe en el lineal de productos de mar es considerable, podemos observar que apenas cinco especies “genéricas” (atún, calamar, emperador, salmón y langostino) componen más del 80% de esta variabilidad y todavía más, representan a casi el 100% de los transformados. Dos de ellos, el salmón y el langostino, proceden de acuicultura.
En el Blog de “Artemia Salinas” en Panorama Acuícola leemos: “No es lo mismo la “disponibilidad” de pescados y mariscos per cápita de un país que la “ingesta” de pescados y mariscos per cápita del mismo”. Y viene a decir que, en USA, sólo el 20% de lo disponible llega a ser verdaderamente consumido. Y es más, dice que casi todo está relacionado con la ineficiencia: “Esta significativa diferencia se genera al descontar las mermas del manejo, conservación, proceso, empaque y posterior comercialización de los pescados y mariscos de su volumen total de capturas pesqueras y producción acuícola en peso vivo”.
Desconozco cuánto de este análisis, tampoco sé muy bien cómo se ha hecho, es aplicable a nuestra realidad pero creo que debe ser bastante. Lo que sí que es evidente es que todo lo que se haga para mejorarlo es, no solo interesante, si no absolutamente necesario.
Vemos que en Madrid Fusión, en pleno apogeo estos días, (por cierto hay que felicitarnos por el magnífico poster) se apuesta por productos acuícolas y que las recetas que contienen sus ingredientes triunfan, o al menos, generan expectación y controversia, que sólo hay que ver cómo está twitter y “la cocina vampírica” que usa sangre de dorada. Tal vez la novedad y la innovación sean extraordinarias, sin embargo no puedo evitar que me de repelús. Soy de los de la dorada a la sal. Pero…
…cuando en un proyecto de investigación se unen la creatividad (el pensar) con la innovación (el hacer) obtenemos ACUANEO. Este proyecto de colaboración entre el IRTA (Cataluña), la UNIZAR (Aragón) y ULPGC (Canarias) va a ir un poco más allá y no quedarse sólo en el barniz de las ideas. Tiene como principal objetivo desarrollar nuevos productos procedentes del pescado de acuicultura y que lleguen al mercado mediante la colaboración con empresas que van a fabricarlos y colocarlos en un lineal, la innovación, por tanto va a ser real. Yo me veo más cercano a esta realidad.
He tenido la suerte de participar en uno de los grupos de creativación que este proyecto está llevando a término con cocineros, productores, amas de casa y expertas en innovación. Es increíble la capacidad creativa que tenemos en cuanto nos quitamos los prejuicios y apostamos por las ideas en bruto y a lo bruto. No me cabe la menor duda que de este proyecto van a salir productos atractivos e interesantes y que sin duda va a contribuir a reducir el considerable porcentaje de mermas del pescado y no solo de la acuicultura.
Los productores y los transformadores deberían seguir muy de cerca sus avances.
¿Qué nuevos productos acuícolas nos vamos a encontrar en el lineal en breve?
Seguro que nos sorprenderán.