El 2º Foro Nacional de Biotecnología e Innovación, celebrado en la Región de Curauma-Valparaíso en Chile es consecuencia de la generación del NBC (Núcleo Biotecnológico Curauma), un organismo creado para ser motor de innovación biotecnológica y potenciador del emprendimiento en la región. Chile es un país por excelencia acuícola pero que sin embargo no ha acabado de destacar en el campo de la generación de biotecnología aplicada o del conocimiento procedente de la acuicultura.
Las cosas están cambiando, en este Foro se ha hablado y mucho de acuicultura, sorprendentemente poco de salmones y sí del extraordinario potencial que la tecnología y el conocimiento de los cultivos puede proporcionar a la industria. Emerge el concepto de biotecnología azul con una fuerza arrolladora y lo hace en un país donde se ha llegado a ser primer productor mundial de salmón, por lo que de lo bueno y de lo malo saben algo. Actualmente y tras la grave crisis de los últimos años es tercera actividad generadora de recursos en el país, hay 25 grandes empresas, llegaron a ser 140, con 3.000 centros de cultivo, 1.200 proveedores de bienes y servicios, 40.000 empleos directos y hasta unos 3.0 billones de $/año.
La biotecnología azul se presenta como la forma más natural de vincular los procesos y a los organismos marinos con otras disciplinas biotecnológicas como la agronomía (verde), la medicina (roja), la industria (blanca), el medioambiente (gris) y los alimentos (amarilla). Y se observa es que independientemente del color que se asigne a la tecnología e independientemente de la tecnología, los procesos convergen, se busca la manera de generar valor conjuntamente, se potencia la interacción entre organismos e instituciones para sacar adelante proyectos que antes parecían ciencia ficción, como por ejemplo la obtención de fitoesteroles para la industria alimentaria a partir de los residuos industriales de la celulosa, la recuperación de los sedimentos orgánicos que provocan los piensos no consumidos y las heces de los salmones para generar biomasa con fines energéticos, la generación de biorefinerías de procedentes de microalgas asociadas a los cultivos multitróficos y spin-offs que emergen desde el ámbito marino y que se proyectan en la acuicultura, de manera que, Chile, está pasando de ser exclusivamente productora de toneladas y toneladas de salmón a ser motor de la innovación biotecnológica. Buen ejemplo que debemos seguir de cerca.