Este fin de semana apareció por la TVE un documental que exudaba exquisitez: Perú sabe, la cocina, arma social.
Cómo no, tratándose de cocina, no podía faltar Ferrán Adrià, que hace de hilo conductor de este documental que explica cómo es posible transformar cultural y económicamente un país a través de los jóvenes que se forman en esta disciplina. Me llamaron la atención dos momentos especialmente interesantes. El primero cuando se hace referencia a que en Perú los jóvenes no quieren ser cracs del fútbol, aunque desde pequeño esa fuese la pasión de todos, sino “que quieren quemarse las pestañas por ser alguien más”.
El segundo momentazo, cuando se habla de la sostenibilidad de los productos pesqueros, de las dificultades de los pescadores artesanales de Piura, de que ya no es lo que era… Ferrán Adrià (a partir del minuto 49’) hace una reflexión sobre la importancia de la acuicultura como productora de alimento de altísima calidad, en palabras de Ferrán: “no ha que demonizar la actividad (…) las mejores ostras del mundo están criadas”. Habla de revolución y de dos tipos de negocio.
Una excelente disertación que debería ponerse en las escuelas de negocio.