Nos dicen que tenemos que pensar en grande, yo lo que creo es que debemos ser capaces de transformar nuestras ideas, por pequeñas que parezcan, en grandes cosas.
En ocasiones, lo que para nosotros es algo simple, que tal vez descartamos porque forma parte del saber convencional y que carece de la dimensión e importancia que nos gustaría, es, para otros, lo que hace posible una vida digna.
La producción del camarón, el langostino que comenos habitualmente, se debe en más del 95% a la acuicultura, que no es más que un proceso controlado de la reproducción, cría, engorde y comercialización de algas, moluscos, peces y crustáceos. Hoy en día más del 50% de la proteína que a nivel mundial consumimos como “productos del mar”, procede de la acuicultura.