El pasado día 20 de febrero se presentó un monumental trabajo realizado por Rosa López (Coordinadora del Observatorio de las Ocupaciones, SEPE) y Virgilio J. Royo (Subdirector Provincial del Instituto Social de la Marina de Tarragona) que con el título “Pesca y acuicultura en Tarragona. Estudio del Mercado Laboral”, han hecho uno de los mejores y más completos resúmenes de los que la actividad pesquera y acuícola representa en nuestra provincia y en la comunidad. Su presentación se enmarcó dentro de la “I Jornada sobre el sector pesquer i aqüícola”, evento que ha resultado realmente atractivo e interesante.
El trabajo es de un gran detalle, recoge con extremo cuidado la evolución respecto a cada uno de los principales factores que definen a ambos sectores, siendo la caracterización del mercado de trabajo del sector pesquero y acuícola, como dice el subtítulo, el principal de los capítulos, es evidente ya que este estudio ha sido elaborado por el Instituto Social de la Marina (ISM) y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Merece una felicitación y hay que leerlo. Ayuda a entender.
Sin embargo creo que tiene algunas ausencias muy significativas y que se ha perdido una gran oportunidad de hacer un análisis aún más global de lo que esta actividad representa. No puedo entrar en el detalle de la pesca, ya que carezco del conocimiento y la formación adecuada, pero en cuanto a la acuicultura creo que existe una tendencia, desde mi punto de vista excesivamente simplista y habitual, a la hora de confundir el “sector acuícola” con el “sector productor acuícola”, en ocasiones la generación de riqueza con los kilos producidos, coste con inversión y competencia con competitividad.
No hace mucho pusimos como ejemplo un modelo, que en esencia, creemos que define perfectamente todo lo que es el sector acuícola, en “Los buenos ejemplos” destacábamos “(…) la acuicultura es mucho más que una suministradora de alimentos y generadora neta de empleo directo, ya que se produce un fenómeno de agregación de los servicios derivados y sobre todo una generación de empleo y valor “no visible” que viene a ser todo lo que necesitan las instalaciones para realizar su actividad, como mantenimiento, servicios de buceo, transporte, alimentación, construcción naval, equipos,… y lo que también es muy importante servicios especializados que están dando lugar a nuevas empresas de salud, control medioambiental, genética, ensayos y vigilancia”.
Ciertamente se nos podría decir, que vale que todo está muy bien, pero que sin el sector productor todo esto carece de sentido. Es posible, pero también es posible lo contrario. Todo depende, depende de por lo qué queramos apostar y hacia dónde queramos mirar. Por lo tanto, depende del lugar al que queremos llegar.