En el documento de política de cohesión 2014-2020 leo y cito textualmente, “Para recuperarse de la crisis económica, la UE necesita un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. (…) El objetivo es invertir en investigación, innovación e iniciativa empresarial (…)”.
Dice además que el objetivo es convertir la innovación en una prioridad para todas las regiones, enfatizando que se requiere que los responsables políticos consideren que este “crecimiento inteligente, sostenible e integrador” debe ser la base para la generación del desarrollo económico de todas las regiones, aunque especialmente de las menos desarrolladas y que los esfuerzos deben centrarse en los puntos fuertes de cada región.
Para mejorar el proceso de innovación, se dice, que deben ser usados los activos de una región, sus retos, sus ventajas competitivas y su potencial excelencia. Todo esto suena, y mucho, a política de clúster. Sobre todo porque lo que se propone es la mejora de la gobernanza mediante la implicación de los participantes, que trabajen bajo una visión compartida, que permita la vinculación de las empresas (pequeñas, medianas y grandes) y que posibilite la generación de capital creativo. Esto es hacer clúster, esto es contribuir a general talento, ideas y capital, esto es generar ventaja competitiva y esto es estar preparado para el cambio derivado de los retos sociales, medioambientales, climáticos y energéticos.
Juntos podemos proporcionar un mayor potencial competitivo, podemos aprovechar esta fuerza para atraer inversión privada y hacernos visibles internacionalmente, si nos concentramos en la especialización inteligente, podemos hacer de la acuicultura un nicho de mercado muy atractivo porque disponemos de conocimiento y porque podemos ser capaces de “descubrir a los nuevos emprendedores” trabajando juntos, todos, empresas, centros de investigación y universidades, es decir haciendo clúster.
El documento “Key challenges and related reserach and innovation needs” presentado recientemente en Bruselas por los responsables del Group Connect-EU Agro-Food, es un buen ejemplo de la identificación de las capacidades y competencias y nos presenta el extraordinario potencial que esta actividad tiene en nuestra región, reforzando la idea de que nuestra especialización inteligente debe provenir de la capacidad que tiene la biotecnología en el impulso de la innovación en el ámbito marino, mediante la puesta en valor de nuevos procesos, productos y servicios y de su integración con diversos sectores, como el de nuevos materiales, químicos, farmacéuticos, alimentación y nuevas materias primas para la acuicultura, energías alternativas, cosmética…como dice el documento citado anteriormente, “la estrategia no sólo se basa en la excelencia científica, sino en innovación basada en la práctica y debe incluir la adopción y difusión del conocimiento y la innovación”, nuevamente hablamos de los objetivos y de la voluntad expresa del trabajo desarrollado conjuntamente des de el clúster. Hacer clúster, por tanto, equivale a especialización inteligente.